Si hoy vendés por WhatsApp, tu embudo no está hecho de banners sino de conversaciones. Necesitás medirlas para saber cuánto estás facturando realmente y qué mensajes te hacen perder ventas.
Imaginá que administrás una marca de indumentaria que recibe 80 consultas semanales. Sin un método, el equipo contesta a ciegas. Con este enfoque vas a convertir chats en datos accionables.
Definí etapas claras para cada conversación
Creá etiquetas que puedas aplicar en segundos: consulta nueva, interesado, presupuesto enviado, seguimiento y venta concretada. Hacelo desde WhatsApp Business o con un CRM que sincronice la app. Lo importante es que todas las personas del equipo usen la misma nomenclatura.
Capturá el origen de cada chat
Sumá parámetros UTM en los botones y enlaces que derivan a WhatsApp: web, Instagram, anuncios, referidos. Así vas a cruzar cada venta con la campaña que la generó. Activá un evento en Google Analytics 4 para los clics y conectalo con tus reportes.
Armá un tablero que se lea en cinco minutos
Con una planilla alcanza. Cada fila representa una conversación y guarda la fecha, el producto consultado, la etiqueta actual y el monto potencial. Reservá una columna para el motivo de pérdida. Al final de la semana, contá cuántos chats avanzaron a presupuesto y cuántos llegaron a venta. Ese ratio es tu termómetro.
Automatizá recordatorios sin perder calidez
Programá mensajes de seguimiento para quienes quedaron en "interesado" después de 24 y 72 horas. Podés usar respuestas sugeridas o integraciones con herramientas como Zenvia o Sirena. Siempre agregá nombre, opción de compra directa y un llamado a la acción claro.
Cuando midas el funnel con disciplina, vas a proyectar ventas, planificar stock y entender en qué punto se frena tu crecimiento. El chat deja de ser una caja negra y se convierte en tu canal más predecible.